Kiev, 31 de mayo de 2025. – El Ejército ruso ejecutó durante la madrugada un ataque aéreo de gran escala contra territorio ucraniano, utilizando 90 drones, incluidos modelos de combate Shahed y versiones señuelo sin carga explosiva, además de dos misiles balísticos que impactaron en zonas aún no especificadas por las autoridades ucranianas.
La Fuerza Aérea de Ucrania informó que logró interceptar 56 de los drones en diversas regiones del este, norte y sur del país. No obstante, los dos misiles —que podrían corresponder a los modelos Iskander-M o su equivalente norcoreano KN-23— eludieron las defensas y causaron daños en al menos 12 áreas distintas, cuyos detalles aún no se han hecho públicos por razones de seguridad.
Mientras Ucrania enfrenta esta ofensiva, Alemania ha reafirmado su compromiso con el fortalecimiento de la capacidad militar ucraniana, particularmente en el desarrollo de misiles de largo alcance. Según el Ministerio de Defensa alemán, los primeros resultados de esta cooperación podrían verse “en cuestión de semanas”.
Expertos militares ucranianos valoraron el apoyo. Ivan Kirichevski, analista de Defense Express, sostuvo que si Ucrania logra producir misiles con un alcance de hasta 2.500 kilómetros, el impacto podría superar con creces el de los misiles Taurus, cuyo alcance se limita a 500 kilómetros. “Esto marcaría un punto de inflexión en la estrategia ofensiva de Ucrania”, señaló.
Por su parte, Oleksí Melnik, del Centro Razumkov de Kiev, aseguró que si bien estos ataques no son una solución definitiva al conflicto, “sí representan una pieza clave para presionar a Moscú y obligarla a revaluar sus objetivos de guerra”.
Infraestructura militar rusa, blanco prioritario
Ucrania ha intensificado sus operaciones contra instalaciones estratégicas en suelo ruso, especialmente aquellas relacionadas con la producción de armamento. Esta semana, drones ucranianos atacaron la planta Energía en la región de Lipetsk, única fábrica rusa de baterías para ciertos tipos de misiles y drones. También se registraron impactos en instalaciones de producción de drones cerca de Moscú y en la base aérea de Olenia, situada a más de 1.800 kilómetros del territorio ucraniano.
El analista Oleksandr Kovalenko, del Grupo de Resistencia Informativa, advirtió que la capacidad rusa para defender su infraestructura crítica está debilitándose debido a los ataques sistemáticos y a la creciente dificultad para reponer sus sistemas de defensa aérea. Además, consideró improbable que Moscú logre trasladar sus activos estratégicos fuera del alcance ucraniano, dadas las limitaciones logísticas, económicas y de tiempo.
El conflicto continúa escalando tanto en intensidad como en alcance tecnológico, con ambas partes buscando redefinir el equilibrio de poder mediante operaciones ofensivas de precisión y el apoyo internacional como factor determinante.
