El papa Francisco ha llamado a la Iglesia a evitar “todo fanatismo” u “obsesiones de otros tiempos” en una nueva encíclica presentada este jueves, en la que también aboga por “reconocer la dignidad de cada ser humano».
La Iglesia no necesita “reemplazar el amor de Cristo con estructuras caducas, obsesiones de otros tiempos, adoración de la propia mentalidad, fanatismos de todo tipo que terminan ocupando el lugar de ese amor gratuito de Dios que libera, vivifica, alegra el corazón y alimenta las comunidades”, apunta el pontífice en este documento solemne.
La nueva encíclica de Francisco se titula ‘Dilexit nos’ y aborda “el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo” con una serie de reflexiones sobre textos magistrales para un mundo que “parece haber perdido el corazón”, según explicó él mismo al anunciarla en junio pasado.
Una de sus advertencias para la iglesia romana es el “resurgir» en su seno del “jansenismo”, una doctrina herética surgida en el siglo XVII que consideraba a los hombres y mujeres corrompidos desde el nacimiento y atribuía la salvación solo a algunos. “Debo advertir que dentro de la misma Iglesia renació con nuevos rostros el dañino dualismo jansenista” en las últimas décadas, avisa en el texto, afirmando que esta visión intransigente ve las expresiones de la fe popular “peligrosas».
Pero también alerta de “una fuerte avanzada de la secularización que aspira a un mundo libre de Dios”, en medio de una sociedad “obsesionada con el tiempo libre, el consumo, la diversión, los teléfonos y las redes sociales».
Otra preocupación de Francisco plasmada en su encíclica es “la multiplicación” en las sociedades de “diversas formas de religiosidad” que no hacen referencia a “un Dios del amor” y que considera como “manifestaciones de una espiritualidad sin carne». Por último, el papa lamenta la presencia en la Iglesia de “pastores concentrados solo en actividades externas, reformas estructurales carentes de Evangelio, organizaciones obsesivas, proyectos mundanos y reflexiones secularizadas».
‘Dilexit nos’ es la cuarta encíclica de Francisco, tras ‘Lumen Fidei’ (2013), escrita a cuatro manos con su antecesor Benedicto XVI; ‘Laudato Si’ (2015), acerca de la protección del medio ambiente, y ‘Fratelli tutti’ (2020) sobre la fraternidad en plena pandemia.
Su publicación coincide con el 350º aniversario de la primera manifestación del Sagrado Corazón de Jesús a la monja francesa santa Margarita María Alacoque en 1673 en el convento de Paray-Le-Monial. El papa llama a abrazar este culto porque “bebiendo de este amor» de Jesús, afirma, “nos volvemos capaces de tejer lazos fraternos, de reconocer la dignidad de cada ser humano y de cuidar juntos nuestra casa común”, es decir, el planeta Tierra.
“El amor a los hermanos no se fabrica, no es resultado de nuestro esfuerzo natural, sino que requiere una transformación de nuestro corazón egoísta”, emplaza.
En sus páginas, Bergolio hace referencia a escritos de otros papas como san Juan Pablo II o Benedicto XVI y de doctores de la iglesia como san Juan de la Cruz o san Francisco de Sales, pero también defiende las expresiones de religiosidad populares. “Por consiguiente, ruego que nadie se burle de las expresiones de fervor creyente del santo pueblo fiel de Dios”, solicita.
Fuente: EFE