Por Luis Hernández
CARACAS.– El presidente venezolano Nicolás Maduro lanzó este miércoles nuevas y graves acusaciones contra la oposición, señalando directamente a la líder María Corina Machado de encabezar un presunto plan de desestabilización tras las elecciones presidenciales celebradas el 28 de julio de 2024.
Durante un acto público, Maduro denunció que la oposición habría destinado más de mil millones de dólares en un intento fallido por “asaltar el poder en Venezuela”. “Mucha plata… se gastaron más de mil millones de dólares para asaltar el poder. Pero la unión popular, militar y policial no los dejó. Ni hoy, ni mañana, ni nunca podrán”, afirmó el mandatario.
Aunque no la mencionó por su nombre, Maduro se refirió a Machado como una “diabla perversa” que —según sus palabras— pretendía “llenar de caos a Venezuela”, en aparente alusión a las protestas ocurridas el 29 y 30 de julio. Asimismo, insinuó que estas movilizaciones fueron organizadas con participación de mercenarios y tenían como fin desencadenar disturbios.
El jefe de Estado también acusó a la oposición de recurrir a tácticas como las guarimbas, amenazas, guerra psicológica y guerra económica, manteniendo su discurso habitual sobre supuestos ataques internos y externos contra su gobierno.
“TODO TIENE SU MOMENTO”, ADVIERTE DIOSDADO CABELLO
En ese mismo tono, el ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, lanzó una velada amenaza contra María Corina Machado. Consultado sobre la posibilidad de una orden de arresto, Cabello respondió: “Todo tiene su momento, y nadie es intocable”, evocando el caso del opositor Leopoldo López, detenido años atrás por las fuerzas de seguridad.
Cabello también vinculó a sectores opositores con bandas criminales, terrorismo y financiamiento del narcotráfico, que —según dijo— habrían sido utilizados para desestabilizar el proceso electoral del pasado 25 de mayo. Como supuesta prueba, mencionó un escrito encontrado en una agenda del dirigente Juan Pablo Guanipa, en el que se delinearían planes para desconocer los resultados electorales y atacar embajadas y oficinas de la ONU en el país.
REACCIONES Y ALERTAS INTERNACIONALES
Desde la oposición, estas acusaciones han sido rechazadas y catalogadas como parte de una estrategia del oficialismo para desviar la atención de los problemas sociales, justificar represiones y reforzar el control político.
La comunidad internacional, por su parte, ha expresado su preocupación por el creciente clima de confrontación en Venezuela. Diversos organismos han reiterado su llamado a respetar los derechos políticos y el Estado de derecho, al tiempo que mantienen la observación sobre la situación postelectoral y las medidas del gobierno frente a la disidencia.
