Por: Heidy Galicia
Santo Domingo – Las responsabilidades de los diputados son legislar, representar y fiscalizar, según establece la Constitución de la República. Pero comúnmente estas atribuciones se resumen en dos acciones diarias en el edificio del Congreso Nacional entre Sesiones y comisiones de trabajo.
Además, ellos eligen qué tanto deciden trabajar, ya que sus compromisos, al menos dentro del Congreso, van a depender de la cantidad de comisiones a las cuales decidan pertenecer, actividad que en mayoría de casos es el legislador que decide si es miembro o no.
La asistencia a las sesiones del pleno, que son las reuniones de todos los legisladores, tiende a ser una obligación, al igual que las comisiones que son grupos de hasta 15 legisladores donde se debaten y estudian iniciativas legislativas de un tema en específico.
Sin embargo, los representantes de la cámara bajan pueden ausentarse de estas obligaciones, a veces con excusas válidas y otras sin presentar ningún tipo de justificación y rara vez reciben sanciones por la cantidad de veces que faltan a sus deberes.
Los diputados no tienen un horario establecido ni tienen que “ponchar” o llamar a su jefe inmediato para decir que van tarde o se ausentarán. Y más allá de estas acciones, tiene que pasar una “catástrofe” para que sean sacados de sus cargos.