Por Luis Hernández
El abogado y analista político Jesús Batista Suriel advirtió que la implementación de candidaturas independientes en la República Dominicana representa una amenaza para el sistema democrático y la estabilidad institucional del país. A su juicio, esta figura abre las puertas a la irresponsabilidad política y a la participación de actores carentes de compromiso social y control institucional.
Batista Suriel alertó que la decisión del Tribunal Constitucional mediante la Sentencia TC/0788/24, que eliminó requisitos clave para la inscripción de estas candidaturas, como la obligatoriedad de estructuras organizativas similares a las de los partidos, debilita el control sobre quienes aspiran a cargos públicos sin pertenecer a agrupaciones políticas tradicionales.
“El modelo de asociaciones cívicas temporales, que se disuelven tras las elecciones, no garantiza continuidad, ni programas coherentes ni rendición de cuentas”, señaló el jurista.
LECCIONES DESDE LATINOAMÉRICA
Batista Suriel respaldó su análisis con experiencias regionales. Afirmó que en países como Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Panamá, Paraguay, Venezuela y México, la inclusión de candidaturas independientes ha traído más conflictos que soluciones.
“En lugar de fortalecer la democracia, han permitido la entrada de figuras sin trayectoria ni control, propiciando el clientelismo y la fragmentación política”, dijo.
En Chile, pese a estar reguladas constitucionalmente, estas candidaturas han sido criticadas por la baja calidad del Congreso. En Colombia, enfrentan graves dificultades de financiamiento y fiscalización. En El Salvador y Honduras, han provocado polarización e inestabilidad. En Panamá, Venezuela y México, se ha documentado la infiltración de intereses oscuros y una creciente desconfianza ciudadana.
PREOCUPACIONES PARA REPÚBLICA DOMINICANA
Batista Suriel sostiene que la eliminación de filtros como programas de gobierno claros, estructura organizativa y responsabilidad legal permanente deja al sistema abierto a figuras “espontáneas y oportunistas” sin escrutinio ni visión de largo plazo.
“Los partidos políticos, con todas sus fallas, siguen siendo los únicos instrumentos legítimos para garantizar gobernabilidad democrática, rendición de cuentas y planificación estratégica”, agregó.
Finalmente, advirtió que en lugar de fortalecer la participación ciudadana, las candidaturas independientes sin regulación estricta pueden terminar socavando la confianza pública, debilitando la institucionalidad democrática y promoviendo agendas personales por encima del interés colectivo.
