CIUDAD DEL VATICANO — El funeral del Papa Francisco, celebrado este 26 de abril de 2025, no solo despidió a un pontífice querido, sino que también simbolizó un giro histórico en la forma en que la Iglesia Católica honra a sus líderes. Por expresa voluntad de Francisco, la ceremonia estuvo marcada por la humildad, la sencillez y un contacto directo con el pueblo, alejándose de las grandiosas liturgias que caracterizaron a sus predecesores.
El Papa, fallecido el 21 de abril a los 88 años, fue enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, un gesto inédito en más de un siglo. Vestido con una simple túnica blanca y un rosario negro, Francisco descansará bajo una lápida austera que lleva únicamente su nombre: “Franciscus”.
Más de 250,000 personas acudieron a Roma para rendirle homenaje, mientras 148 delegaciones oficiales, entre ellas 50 jefes de Estado y de Gobierno, acompañaron el adiós, incluyendo figuras como Emmanuel Macron, Volodimir Zelensky, Donald Trump y Luis Abinader.
En un gesto cargado de simbolismo, el ataúd del Papa Francisco fue trasladado en un papamóvil adaptado desde San Pedro hasta Santa María la Mayor, recorriendo lugares emblemáticos como el Coliseo y el Foro Romano, en un trayecto donde migrantes, presos, personas trans y sintecho ocuparon los lugares de honor, reflejando la opción preferencial del pontífice por los marginados.
Tres funerales, tres legados
La despedida de Francisco contrasta marcadamente con la de sus antecesores:
-
Juan Pablo II (2005): Un funeral de Estado sin precedentes, con más de 500,000 personas en la Plaza de San Pedro y delegaciones de más de 80 países.
-
Benedicto XVI (2023): Un funeral sobrio, celebrado tras su renuncia histórica, con una ceremonia presidida por Francisco y una asistencia diplomática limitada a Italia y Alemania.
-
Francisco (2025): Una despedida íntima pero multitudinaria, enfocada en la sencillez y la cercanía popular, que rompe con siglos de protocolos vaticanos.
La muerte de Francisco abre el camino a un nuevo cónclave, donde figuras como Matteo Zuppi, Pietro Parolin, Luis Antonio Tagle y Peter Turkson son considerados entre los posibles sucesores, en una elección que marcará el rumbo de la Iglesia Católica para las próximas décadas.