Por: HEIDY GALICIA
En este año que casi culmina, el mandato del presidente Luis Abinader se vio manchada por varios escándalos, vinculados a supuestos actos de corrupción, narcotráfico entre otros, cuatro años después, y en su segunda gestión, la promesa sigue cumpliéndose, algunos funcionarios quedaron fuera de la gestión del “cambio “y cayeron en manos de la justicia, nacional e internacional.
Y aunque el jefe de Estado ha tomado medidas al respecto, incluyendo la desvinculación de los funcionarios acusados, estos han afectado la imagen de su administración y la del Partido Revolucionario Moderno, que precisamente basó su campaña electoral en las denuncias de corrupción en contra del gobierno del expresidente Danilo Medina y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Abinader, prometió mediante un discurso “la lucha incesante contra la corrupción, la impunidad y la advertencia a sus compañeros de Gobiernos de que en el Estado no tiene amigos, su mensaje se concretó a pocos meses de estrenar su tren gubernamental, el Ministerio Público supuestamente “independiente” desempolvó expedientes desde el fondo del mar, y comenzaron a cuecerse los casos de corrupción del tan criticado gobierno peledeísta.
Finalizando el mes de septiembre y entrenado octubre del año en curso, el colapso en la red semafórica del Gran Santo Domingo, destapó una olla de grillos que dejó desnuda la administración del Instituto de Tránsito y Transporte Terrestre, en esa ocasión dirigida por Hugo Beras, al contratar la empresa Transcore Latam, del empresario Jochy Gómez por más de 1,300 millones de pesos.
El proceso presuntamente irregular, denunciado por Compras y Contrataciones y otras entidades del Estado, concluyó con el apresamiento de estos y otros imputados, quienes luego obtuvieron la libertad condicional, entre tanto el Ministerio Público culmina las investigaciones.