Ciudad del Vaticano, 16 de abril de 2025 — Con 88 años y tras una larga internación por complicaciones respiratorias, el papa Francisco reapareció en público este miércoles, recibiendo en audiencia a 70 médicos y personal del hospital Gemelli. Un gesto simbólico que busca proyectar mejoría… pero que también deja claro que el pontífice se encuentra en una etapa delicada y bajo convalecencia prolongada.
Aunque el encuentro duró apenas 20 minutos, la presencia del papa fue cuidadosamente calculada: sentado, con pausas largas entre frases, y sin pronunciarse sobre temas eclesiásticos o geopolíticos de peso. Se limitó a agradecer con afecto —y algo de humor— al personal sanitario que lo atendió.
“¡Cuando mandan las mujeres, las cosas van bien!”, dijo en tono jovial a la rectora del hospital. Una frase que hizo sonreír a los presentes, pero que no despeja la creciente preocupación en el Vaticano.
¿Está el papa en condiciones de seguir al mando?
La pregunta comienza a circular con fuerza dentro y fuera de los muros apostólicos. Aunque el papa ha delegado ya las ceremonias más importantes de la Semana Santa, incluyendo la Misa de Pascua, oficialmente no se habla de renuncia ni de sucesión. Pero los silencios pesan más que las palabras.
Desde su alta médica el pasado 23 de marzo, Francisco ha hecho apariciones esporádicas, evitando discursos largos, y usando silla de ruedas. Su respiración y movilidad han mejorado, según fuentes vaticanas, pero los cardenales que lo rodean ya operan bajo una lógica de administración compartida, y algunos rumores apuntan a reuniones discretas sobre la “transición pastoral” de cara a los próximos meses.
Una Iglesia sin voz clara
En medio de tensiones globales, conflictos armados y crisis migratorias, la ausencia del papa en los grandes foros es cada vez más notoria. Su rol simbólico sigue siendo enorme, pero ¿hasta cuándo podrá ejercerlo en plenitud?
Por ahora, Francisco se limita a pedir oraciones. Pero millones de católicos —y muchos dentro de la Curia— están pidiendo algo más: certezas.