Puerto Príncipe.- El Consejo Presidencial de Transición (CPT) de Haití destituyó este jueves al ministro de Salud Pública y de la Población, Duckenson Lorthé Blema, tras el ataque perpetrado por la banda armada Vivre Ensemble contra el Hospital de la Universidad del Estado de Haití (HUEH). El atentado dejó un saldo de tres muertos, entre ellos dos periodistas y un policía, además de siete comunicadores heridos, cuatro de ellos de gravedad.
En respuesta a la destitución, Patrick Pélissier, actual ministro de Justicia y Seguridad Pública, asumirá de forma interina las funciones del Ministerio de Salud mientras se designa un titular oficial, según informó la prensa local.
Unidad de crisis y apoyo a las víctimas
Previo a la destitución, el Ministerio de Salud anunció la creación de una unidad de crisis destinada a garantizar atención médica a los afectados por el ataque. El HUEH, principal centro de salud público de la capital, intentó reabrir sus puertas tras la tragedia, mientras el Gobierno se comprometió a cubrir los gastos funerarios de las víctimas.
En un comunicado oficial, el primer ministro Alix Didier Fils-Aimé calificó el ataque como un “acto abyecto que sume a toda la nación en el dolor y la indignación”. El mandatario expresó solidaridad con las familias afectadas y aseguró que “la impunidad no tiene cabida en una sociedad que aspira a la justicia y la paz”.
Reacciones internacionales
La Delegación de la Unión Europea en Haití condenó enérgicamente el atentado, destacando que los ataques contra periodistas y establecimientos de salud constituyen intentos inaceptables de desestabilización del país.
Un panorama de violencia creciente
El ataque al HUEH ocurre en un contexto de creciente violencia en Haití. Según un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 207 personas murieron en una masacre perpetrada entre el 6 y 11 de diciembre en Cité Soleil por el grupo armado liderado por Rey Mikanó. Estas cifras reflejan la compleja crisis de seguridad que enfrenta el país, con bandas armadas dominando amplias zonas y miles de desplazados viviendo en condiciones inhumanas.
La comunidad internacional y el gobierno haitiano enfrentan desafíos crecientes para frenar la escalada de violencia y garantizar la protección de los derechos humanos en el país caribeño.
