El 2024 ha comenzado con una alarmante cifra de feminicidios en República Dominicana, reflejando un problema estructural de violencia de género que parece no tener freno. En lo que va del año, más de 15 mujeres han sido asesinadas, en muchos casos por hombres que no solo atacan a sus parejas, sino también a otros miembros de sus familias, incluyendo hijos.
Casos recientes que estremecen al país
Uno de los hechos más impactantes ocurrió recientemente en Santo Domingo Este, donde el capitán retirado de la Armada RD, Fabio Montero Veriguete, asesinó a su esposa, su hijo y su nuera, hirió a otro de sus hijos y posteriormente se quitó la vida. Este trágico episodio ha vuelto a poner en el centro del debate la facilidad de acceso a armas de fuego y la violencia dentro de los hogares.
Otro caso conmocionó a San Francisco de Macorís el pasado 19 de marzo, cuando un hombre identificado como “Eddy” mató a su madre, su hija e hirió a su pareja con un machete. Testigos afirman que el agresor consumía sustancias narcóticas, lo que suma otro factor preocupante a la crisis de violencia familiar en el país.
El preocupante rol de miembros de las fuerzas armadas
Un patrón que se ha repetido en algunos de estos feminicidios es la implicación de militares y policías. A inicios de año, el segundo teniente Juan Luis Jiménez Adames asesinó a tiros a su pareja y a su suegra en La Vega. Este tipo de casos han encendido las alarmas sobre la necesidad de un mayor control psicológico y emocional en los agentes de seguridad.
Autoridades preocupadas, pero ¿qué sigue?
La ministra de Interior y Policía, Faride Raful, expresó su preocupación por el aumento de feminicidios, señalando que muchas de las víctimas no habían presentado denuncias previas. Ante esta realidad, instó a fortalecer los mecanismos de prevención y concienciación para evitar que la violencia de género siga arrebatando vidas.
Según la Fundación Vida sin Violencia, en 2023 se registraron 71 feminicidios en el país, seis más que en 2022. Estas cifras dejan a decenas de niños y adolescentes en la orfandad, lo que evidencia el impacto social devastador de estos crímenes.
Es urgente que el Estado, la sociedad civil y las instituciones de seguridad trabajen en conjunto para frenar esta epidemia de violencia. La lucha contra los feminicidios debe ser una prioridad en la agenda nacional, no solo con medidas punitivas, sino con una verdadera transformación cultural que eduque y proteja a las mujeres dominicanas.
Por.- Luis Hernández