Santo Domingo.– La madrugada del martes 8 de abril quedará marcada como una de las más oscuras en la historia del espectáculo dominicano. Mientras interpretaba su emblemático tema “Color de rosa”, el merenguero Rubby Pérez falleció trágicamente en el colapso de la discoteca Jet Set, junto a más de 100 personas, en un suceso que ha estremecido al país y al mundo artístico.
Rubby Pérez, oriundo de Haina, no solo fue un cantante de voz poderosa, sino un símbolo de superación personal y artística. Su sueño de infancia era convertirse en pelotero profesional y jugar como segunda base en su equipo favorito, Los Leones del Escogido. Sin embargo, un accidente a los 15 años le truncó ese camino. El destino lo llevó por una ruta diferente: la música, donde brilló con luz propia y dejó un legado imborrable.
Su historia es la de muchos dominicanos: trabajo duro, humildad y perseverancia. Inició ganando apenas 50 centavos en agrupaciones locales como “Los Juveniles de Baní”, hasta convertirse en figura principal de “Los Hijos del Rey” y luego en voz estelar de la orquesta de Wilfrido Vargas, donde inmortalizó éxitos como “El Africano”, “Volveré” y “Cobarde, cobarde”.
En 1987, con determinación y visión, fundó su propia agrupación, consolidando su nombre con himnos del merengue como “Buscando tus besos”, “Dame veneno” y el tema que marcó su adiós, “Color de rosa”. Su trayectoria lo convirtió en una leyenda viva, merecedor del apodo “La voz más alta del merengue”, como lo llamó el artista Raúl Grisanty.
Su despedida, cantando frente a un público que coreaba sus canciones con fervor, es una de esas ironías trágicas que solo la vida puede escribir. Murió haciendo lo que amaba, sobre el escenario, entregando lo último de su voz, símbolo de un género que ha dado identidad a toda una nación.
Hoy, el país llora a Rubby Pérez, pero su música seguirá viva. En cada navidad que suene “Pato robao”, en cada fiesta donde alguien cante “Sobreviviré”, y en cada corazón que entienda que los sueños, aunque cambien de forma, siempre pueden cumplirse.